Escribí este relato en enero del 2015, pocos meses antes de lanzarme al vacío con Mi Plan Be. Fue el año de mi cambio.
El señor de la fotografía siempre tocaba debajo de mi casa años antes, cuando llegué a vivir a Madrid. Era la misma melodía que otro músico compartía debajo de mi anterior hogar. ¡Casualidades! Y me inspiró.
A veces me lo cruzo y pienso, «si él supiera…»
¡Pasión!
«Mi piel está curtida como cuero viejo, como la de ese tambor aporreado durante años.
Cuando trabajaba en aquella oficina, desde el alba hasta el anochecer, mi rostro era inmaculado pero gris por fuera y por dentro, me parece que ha pasado una vida desde entonces… ¿quién me iba a decir que desprenderme de todo me iba a traer la mayor riqueza imaginada?
Cuando escribo mi historia quiero que el lector comprenda que a pesar de parecer que hablo de dos personas, son la misma y a la vez no, porque miro al pasado y no me reconozco, soy otro, un extraño… quizás sea eso, quizás vivamos más de una vida a la vez…
Antes me gobernaba mi propia esclavitud.
Me hace gracia recordar el cuerpo que tenía, la tiranía a la que yo mismo me sometía, diez horas de trabajo en mi oficina y otro par de ellas en el gimnasio, ese tan de moda de mi barrio, con música estridente y luces de discoteca… ¡ahora tengo un estómago! que refleja mi propia libertad, libertad de elegir cuándo, cómo y qué comer, libertad de correr hacia donde me lleven mis piernas… y si les digo la verdad, nunca me he encontrado mejor de salud.
En ese año, en el que todo cambió, yo era un hombre de éxito, todas las mujeres me adoraban, me amaban, sin embargo, yo no amaba a ninguna y si lo pienso, ni siquiera a mí mismo. Siempre rodeado de gente y solo… ¿en qué estaría yo pensando?
Escribiendo en el sofá de mi nueva casa, echo la vista atrás y solo puedo reír ante el curioso camino de la vida, es increíble cómo hay veces que gira de tal manera que dos años reales te pueden parecer dos siglos, y cómo en solo un instante, de repente, te transformas en alguien que no conoces, o te encuentras con esa persona que has conocido siempre pero escondías debajo de la alfombra de los miedos.
Aquel año, en el que todo cambió, parecía tener mi existencia bajo control, funcionaba bien mi fantasía de “publicidad de coche deportivo”, todo dirigido, pero vacío y superficial.
No obstante, ella siempre estuvo allí, acechándome, metiéndose en mi cabeza, en mi cama mientras intentaba dormir, turbándome, haciendo que mi vida perfecta desde el escaparate, fuera inerte en el interior. Siempre en búsqueda, inquieto, sin atreverme a deshacerme de esa astilla que me oprimía el alma.
La mentira más grande que uno puede realizar, es la mentira a uno mismo.
Hasta que un día lo comprendes. Aquel año, el año en el que todo cambió, me deshice de la astilla, sané mi corazón, y dejé que ella lo invadiera, pues siempre había sido suyo.»
Autora: Beatriz Gómez Acebrón
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4 Comments
Pablo Alonso
Muy bueno,yo también pienso así,conocer a ese ser que siempre ha habitado en mí.
Pero todavía no le conozco y eso que está en mi corazón.
Hoy estaba pensando (casualidades de la vida) en el artículo que escribiste sobre
la paciencia y la perseverancia que son las claves del éxito.Y resulta que hoy
estuve reflexionando sobre ello y pensé que faltaba meter la pasión también.Y ahora
por la noche me encuentro un correo,lo abro y habla de la pasión (¡es fantástico!).
Es muy bonito el artículo desnudándote ante los lectores y sirviendo a la sinceridad.
Es fantástico que no te reconozcas,supongo que antes eras una esclava de todo lo
superficial y como te has conocido a tu amiga «el desapego» y te has centrado en lo
verdaderamente importante que es el ser que siempre fuiste y te llamaba a voces y
entonces no le escuchabas.
¡Muchas gracias!,ahora tengo más fuerzas para conseguir y saber cual es mi pasión.
¡Un abrazo muy fuerte!
Beatriz Gómez Acebrón
¡Gracias Pablo por tu lectura y tus comentarios! Pasión, perseverancia y paciencia ¡eso es! ¡Un abrazo!
CAROLINA SALAZAR
Hola ! ahora un buendia! Aquí en mi país amaneciendo. Buscando alimento para mi espíritu caí por casualidad en un audio libro de su autoria. Ha sido sorprendente para mi pues días atrás después de la muerte de mi esposo me ayudo mucho al abrir los ojos en la mañana ponerme a escribir todo lo que sentía,lo hice intuitivamente y ahora veo el método que Ud. ha desarrollado,esto me motivo a buscarla por este medio,no los manejo mucho es Ud. la que me trae hoy a iniciarlo. Muchas gracias! desde ahora creo haber encontrado lo que realmente estaba buscando. Coherencia para mi vida.!
Beatriz Gómez Acebrón
¡Hola Carolina! Me alegro mil, de corazón. Muchísimas gracias por sus palabras. ¡Le mando un abrazo enorme!